Como hoy me veía con fuerzas, y además estaba de mala leche por unos temas del trabajo, me he lanzado y he empezado a hacer subidas y bajadas corriendo por Viladecans. Realmente me he sentido bastante bien, la verdad.

Como acostumbra a pasar, las salidas no siempre son como uno se espera. Cuando he llegado a lo más alto de Viladecans me he metido por una calle que conozco que lleva a un camino de tierra. Mi intención era llegar arriba y tirar una foto de las vistas… jaja. Pues bien, vistas he tenido. Mientras subía el último tramo he visto que no había ya ninguna farola ni luz que me molestara y he pensado: «Perfecto, me saldrá una foto de narices». He mirado para un lado y justo ahí, entre los matorrales había un tío de pie desnudo y una chica agachada… No hace falta decir nada más… Con el frio que hacía, también son ganas de estar ahí desnudos cuando lo que te están haciendo es… En definitiva, como yo estaba corriendo (pero con las piernas, eh, no seáis mal pensados), disimuladamente he dado la vuelta y he vuelto hacia bajo. Ayer mi pareja me regalo una cámara tipo GoPro. Por fortuna para ellos hoy no la estrenaba, que sino, los pillo sin quererlo a los pobres de lleno y quedan inmortalizados. A la chica tampoco es que se le viera mucho la cara, pero bueno.

Al final he hecho la foto un poco más abajo, para evitar suspicacias y problemas, así que no busquéis que no están ahí. Me ha parecido oír ruidos en el coche de al lado pero he preferido no mirar, vistos los antecedentes. Creo que debe ser el picadero de Viladecans.

Total, dejando aparte estos incidentes el entreno ha ido bien. Sin molestias, intentando cambiar la pisada, y con un buen tiempo promedio. Cada día me siento más fuerte, aunque aún me falta para estar en plena forma, si bien puedo decir que no tanto como otros, jajaja.

Os dejo el garmin:

¡Salut y kilómetros!